Hoy celebramos el cumpleaños de dos grandes de la Arquitectura Latinoamericana; hablamos del uruguayo Eladio Dieste, quien hoy cumpliría 96 años, y del italiano/argentino Clorindo Testa, ganador de innumerables premios, a quien le celebraríamos hoy 90 años de vida.
De países vecinos, y relativamente coetáneos, estos dos personajes indispensables de la arquitectura moderna de Latinoamérica se destacaron por sus innovadoras formas y geometrías, y maneras de entender la arquitectura, Dieste con su Cerámica Armada, que se ve reflejada en la Iglesia del Cristo Obrero, y Testa por sus dos obras más trascendentes de la segunda mitad del siglo XX, el Banco de Londres, y la Biblioteca Nacional.
Clorindo Testa nació en Nápoles, pero fue trasladado a Argentina cuando solo tenía meses de edad. Este Arquitecto de la Universidad de Buenos Aires es de las figuras más importantes que posee la arquitectura argentina. Luego de recibir su título de arquitecto, este importante arquitecto se asoció a un estudio junto a Rossi, Gaido y Dabinovic, estudio que duró hasta 1958. Sus inicios como arquitecto fueron en los años 50 donde poco a poco fue sumando conocimiento y acumulando logros. De forma paralela, también se dedicó a pintar desde 1952, generando innumerables muestras individuales y colectivas.
En 1959 junto a su nuevo estudio SEPRA ganó el concurso para la construcción del Banco de Londres, donde el diseño se basó en un complejo tratamiento plástico de fachada, juegos entre llenos y vacíos, y el carácter monumental que lo caracteriza, logrando que a partir de este edificio, una obra paradigmáctica de la arquitectura moderna, comenzara su famosa carrera como arquitecto renombrado. Otras de sus obras conocidas son Hospital Naval de Buenos Aires y Casa di Tella.
Eladio Dieste, por su parte, antes que un ingeniero, era un gran artista, en la búsqueda constante de la belleza, logrando generar formas orgánicas y sólidas a la vez, aportando una nueva imagen de la arquitectura en Uruguay.
Egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República el año 1943, este arquitecto desarrolló una interesante manera de utilizar el ladrillo, el material básico y accesible, llevándolo a la máxima liviandad, a partir de superficies curvas que resultaron en su nueva tecnología: la cerámica armada, verdaderas bóvedas de ladrillo, acero y un mínimo de hormigón. Sus obras se hicieron conocidas principalmente por el manejo plástico y efectivo de la luz.
No queda nada más que recordar a estos inolvidables arquitectos latinoamericanos, que tenían mucho más en común que sólo la fecha de nacimiento.
